COMPOSICIÓN, VITAMINAS Y MINERALES
DE LOS RÁBANOOS
Los
rábanos son una hortaliza de raíz comestible que ofrece un menor valor
nutritivo que otras raíces, como pueden ser la zanahoria o la remolacha; pero
que resulta especialmente beneficiosa para la salud en base a su alto contenido
en agua, vitaminas y minerales.
Se
considera que el 95% del rábano es agua, y en cuanto a su valor vitamínico, el
rábano es una hortaliza que destaca por su contenido en Vitamina C y Vitamina
B.
Por
otro lado, el rábano es una buena fuente de potasio y de yodo, aunque también
contiene ciertas cantidades de calcio, fósforo, hierro, magnesio y azufre,
responsable este último del ligero sabor picante del rábano.
Propiedades y beneficios para la
salud
En
general, al grupo de las Brasicáceas, se le atribuye propiedades
anticancerígenas en base a su riqueza en isotiocianatos y enzimas de
detoxificación.
Los
rábanos también posee ciertas propiedades antibióticas y antivíricas gracias a
la presencia en su composición de
compuestos orgánicos azufrados como el rafanol y la rafanina (este último en el
rábano negro).
Las
Brasicáceas destacan, en especial el rábano negro, por su riqueza en
glucosinolatos, isotiocianatos, que ejercen una poderosa función como
antioxidantes frente a los radicales libres, estimulando así el sistema
inmunitario. Los glucosinolatos e isotiocianatos también facilitan la
eliminación de toxinas y con ello la depuración del organismo protegiendo a
nuestro organismo. Se evita con ello la aparición de diversas enfermedades
degenerativas al evitar los daños celulares, y reduce el riesgo de sufrir
problemas cardiovasculares.
A
nivel inmunológico, el rábano también actúa como un potente antimicrobiano, con
capacidad para neutralizar bacterias, virus y hongos, que puedan aparecer en
nuestro organismo. Tradicionalmente se ha utilizado el zumo de rábano en las
estaciones frías del año (otoño e invierno) para evitar infecciones
respiratorias.
En
este sentido, el rábano destaca, y especialmente el rábano negro, por su
capacidad para drenar y depurar el hígado y la vesícula biliar, con la
consiguiente eliminación de toxinas y desechos acumulados en el organismo. El
buen estado de la vesícula, ayuda al hígado en sus funciones, por lo que el
consumo de rábanos influye en la protección del hígado.
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