TAXONOMÍA: ESPECIES
SIN ALAS O CON METAMORFOSIS COMPLETA
La clase de los insectos es la más numerosa del reino
animal, se han clasificado unas 500.000 especies, y se considera posible la
existencia de otros 3 millones. Se los llama también hexápodos porque todos
tienen seis patas.
El cuerpo del adulto comprende tres regiones: cabeza, tórax
y abdomen. La cabeza tiene ojos, antenas y boca; el tórax, tres pares de patas
y, generalmente, dos pares de alas; en el abdomen sólo hay delgadas cerdas.
Excepto en algunas larvas acuáticas, que poseen branquias, los insectos
respiran mediante tráqueas o tubos por los que la atmósfera penetra al interior
de su cuerpo.
Se comprende que una clase tan numerosa y variable se puede
clasificar de diferentes maneras, imms reconoció veintinueve órdenes de
insectos. De éstos, sólo cuatro se agrupan en la subclase de los apterigotos
que carecen de alas y cuyos antepasados nunca las tuvieron; los otros
veinticinco órdenes son pterigotos, es decir, que poseen alas, o provienen de
antepasados que las tuvieron.
Los apterigotos son diminutos animales que viven,
principalmente, entre las plantas en descomposición.
Comprenden el orden de los tisanuros, que se encuentran bajo
las piedras o en los hormigueros (lispismas, 1); de los dipluros (acerentomón,
2 y campodea, 3) que viven en la tierra; y el orden de los colémbolos, que
saltan a menudo sobre el agua, que no los moja (axelsonia, 4). Para comprender
mejor los nombres de los insectos, recordemos que podos significa “pata”;
ptero, “ala”; genos, “origen”, y metábolos, “transformación”.
La subclase de los pterigotos, que poseen alas o que
provienen de antepasados que las tuvieron (muchos parásitos las pierden),
comprende los veinticinco órdenes restantes, y se divide en dos grupos
principales: holometáboios, que no sufren metamorfosis, y hemimetabolos, que la
sufren.
Holometábolos. El orden de los neurópteros comprende
insectos de alas membranosas, finamente reticulados, como las libélulas
(chrysopa, 5). El orden de los mecópteros incluye especies características,
como la mosca escorpión, cuyo nombre proviene de la cola alzada del macho
(panorpa, 6).
En el orden de los lepidópteros encontramos a las mariposas
y polillas, con-trompas chupadoras y diminutas escamas que imparten brillantes
colores a sus alas (papillio, 7). El orden de los tricópteros comprende moscas
cuyas alas están cubiertas, como su nombre lo indica, con pelos (halesus, 8).
El orden de los dípteros, con un solo par de alas voladoras
y que utiliza el par trasero como órgano de equilibrio, abarca a las moscas
comunes y mosquitos (típula, 10).
En el orden de los afanípteros, insectos chupadores,
generalmente parásitos externos, se encuentran las pulgas (pulex, 11).
En el orden de los himenópteros la mayoría de las especies
son sociales, como las abejas, avispas y hormigas (apis, 9). En el orden de los
coleópteros, cuyas alas delanteras se endurecen en élitros que envainan a las
traseras, encontramos los escarabajos (coccínella, 12).
El orden de los sfrepsípteros abarca algunos insectos
curiosos, parásitos internos de otros insectos, como las abejas (stylops, 13).
TAXONOMÍA: ESPECIES
CON ALAS Y CON METAMOFOSIS PARCIAL
Existen unas 15.000 especies de insectos hemimetabolos, o
sea, cuya metamorfosis es sencilla o incompleta. Forman una subdivisión de ios
pterigotos, es decir, que son alados o, por lo menos, lo fueron sus
antepasados. El sinónimo de “paurometábolos” refleja, simplemente, la “pobreza”
de sus transformaciones.
En el orden de los efimerópteros las larvas viven varios
años, pero en el momento de su transformación en insecto adulto, se atrofian
sus órganos digestivos y éste sobrevive sólo unas pocas horas, las necesarias
para la reproducción (efímero, 1).
En el orden de los odonatos hay cuatro poderosas alas
membranosas; estos insectos, muy parecidos a los de la era primaria, son
carnívoros insaciables que atrapan sus víctimas al vuelo (libélula 2).
El orden de los plecópteros incluye insectos de cuerpo duro,
con alas transformadas en élitros y cuyas larvas acuáticas respiran mediante
branquias (perla, 3).
El orden de los grilloplátidos consta de unas pocas especies
pequeñas y sin alas que viven en la tierra (grylloblata, 4).
En el orden de los fásmidos encontramos los insectos que
imitan hojas y ramas (phyllium, 6).
Al orden de los ortópteros pertenecen los grillos y
saltamontes, de alas generalmente duras y patas posteriores adaptadas al salto.
El orden de los dermápteros posee alas delanteras pequeñas y
rígidas, y unas “pinzas” en el extremo del abdomen; se distingue de los
plecópteros casi exclusivamente por sus larvas (forfícula, 5).
En el orden de los embiópteros, restringidos a las regiones
cálidas, encontramos pequeños insectos que tejen habitáculos de hilo sedoso, en
los que viven en común bajo las piedras (embia, 9).
En el orden de los dictiópteros, de atas delanteras duras
que ocultan a las posteriores, encontramos a la mantis religiosa o mamboretá y
a la cucaracha americana.
El orden de los isópteros, al que pertenecen las termitas o
termes, se caracteriza por sus colonias divididas en castas de distinta
fecundidad y con diferentes tareas (archotermopsis, 8).
El orden de los zorápteros comprende escasos y pequeños
individuos que viven entre las vegetales tropicales en descomposición
(zorotypus, 7}.
El orden de los socópteros comprende insectos pequeños y sin
alas, frecuentes en los nidos de aves y depósitos de basura (peripsocus, 11).
Los piojos, carentes de alas y parásitos de mamíferos y aves, se agrupan en dos
órdenes.
El de los malófagos comprende a ¡os piojos que pican y, por
lo tanto, poseen mandíbulas (Hpeurus, 12).
El de los sifunculados abarca a los piojos chupadores, con
trompas adecuadas a esa función (pediculus, 13).
El orden de los hemípteros consta de insectos chupadores de
sangre y jugos vegetales (notonecta, 10; chinche de agua o aphis, 15).
El orden de los tisonópteros comprende diminutos insectos
negros que suelen habitar en las flores (taeniothrips, 14). La metamorfosis no
es privativa de los insectos.
En la primera forma o larva no se reconocen los caracteres
adultos. Después de algunos cambios intermedios, que pueden faltar, se llega a
una fase de inmovilidad llamada nínfosis, en la que el animal digiere tejidos
larvales y elabora tejidos adultos. Concluida esta etapa se llega a la
aparición del imago o insecto perfecto.
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