sábado, 26 de agosto de 2017

TAXONOMÍA DE LOS INSECTOS

TAXONOMÍA: ESPECIES SIN ALAS O CON METAMORFOSIS COMPLETA
La clase de los insectos es la más numerosa del reino animal, se han clasificado unas 500.000 especies, y se considera posible la existencia de otros 3 millones. Se los llama también hexápodos porque todos tienen seis patas.

El cuerpo del adulto comprende tres regiones: cabeza, tórax y abdomen. La cabeza tiene ojos, antenas y boca; el tórax, tres pares de patas y, generalmente, dos pares de alas; en el abdomen sólo hay delgadas cerdas. Excepto en algunas larvas acuáticas, que poseen branquias, los insectos respiran mediante tráqueas o tubos por los que la atmósfera penetra al interior de su cuerpo.

Se comprende que una clase tan numerosa y variable se puede clasificar de diferentes maneras, imms reconoció veintinueve órdenes de insectos. De éstos, sólo cuatro se agrupan en la subclase de los apterigotos que carecen de alas y cuyos antepasados nunca las tuvieron; los otros veinticinco órdenes son pterigotos, es decir, que poseen alas, o provienen de antepasados que las tuvieron.

Los apterigotos son diminutos animales que viven, principalmente, entre las plantas en descomposición.

Comprenden el orden de los tisanuros, que se encuentran bajo las piedras o en los hormigueros (lispismas, 1); de los dipluros (acerentomón, 2 y campodea, 3) que viven en la tierra; y el orden de los colémbolos, que saltan a menudo sobre el agua, que no los moja (axelsonia, 4). Para comprender mejor los nombres de los insectos, recordemos que podos significa “pata”; ptero, “ala”; genos, “origen”, y metábolos, “transformación”.

La subclase de los pterigotos, que poseen alas o que provienen de antepasados que las tuvieron (muchos parásitos las pierden), comprende los veinticinco órdenes restantes, y se divide en dos grupos principales: holometáboios, que no sufren metamorfosis, y hemimetabolos, que la sufren.

Holometábolos. El orden de los neurópteros comprende insectos de alas membranosas, finamente reticulados, como las libélulas (chrysopa, 5). El orden de los mecópteros incluye especies características, como la mosca escorpión, cuyo nombre proviene de la cola alzada del macho (panorpa, 6).

En el orden de los lepidópteros encontramos a las mariposas y polillas, con-trompas chupadoras y diminutas escamas que imparten brillantes colores a sus alas (papillio, 7). El orden de los tricópteros comprende moscas cuyas alas están cubiertas, como su nombre lo indica, con pelos (halesus, 8).

El orden de los dípteros, con un solo par de alas voladoras y que utiliza el par trasero como órgano de equilibrio, abarca a las moscas comunes y mosquitos (típula, 10).

En el orden de los afanípteros, insectos chupadores, generalmente parásitos externos, se encuentran las pulgas (pulex, 11).

En el orden de los himenópteros la mayoría de las especies son sociales, como las abejas, avispas y hormigas (apis, 9). En el orden de los coleópteros, cuyas alas delanteras se endurecen en élitros que envainan a las traseras, encontramos los escarabajos (coccínella, 12).

El orden de los sfrepsípteros abarca algunos insectos curiosos, parásitos internos de otros insectos, como las abejas (stylops, 13).

TAXONOMÍA: ESPECIES CON ALAS Y CON METAMOFOSIS PARCIAL
Existen unas 15.000 especies de insectos hemimetabolos, o sea, cuya metamorfosis es sencilla o incompleta. Forman una subdivisión de ios pterigotos, es decir, que son alados o, por lo menos, lo fueron sus antepasados. El sinónimo de “paurometábolos” refleja, simplemente, la “pobreza” de sus transformaciones.

En el orden de los efimerópteros las larvas viven varios años, pero en el momento de su transformación en insecto adulto, se atrofian sus órganos digestivos y éste sobrevive sólo unas pocas horas, las necesarias para la reproducción (efímero, 1).

En el orden de los odonatos hay cuatro poderosas alas membranosas; estos insectos, muy parecidos a los de la era primaria, son carnívoros insaciables que atrapan sus víctimas al vuelo (libélula 2).

El orden de los plecópteros incluye insectos de cuerpo duro, con alas transformadas en élitros y cuyas larvas acuáticas respiran mediante branquias (perla, 3).

El orden de los grilloplátidos consta de unas pocas especies pequeñas y sin alas que viven en la tierra (grylloblata, 4).

En el orden de los fásmidos encontramos los insectos que imitan hojas y ramas (phyllium, 6).

Al orden de los ortópteros pertenecen los grillos y saltamontes, de alas generalmente duras y patas posteriores adaptadas al salto.

El orden de los dermápteros posee alas delanteras pequeñas y rígidas, y unas “pinzas” en el extremo del abdomen; se distingue de los plecópteros casi exclusivamente por sus larvas (forfícula, 5).

En el orden de los embiópteros, restringidos a las regiones cálidas, encontramos pequeños insectos que tejen habitáculos de hilo sedoso, en los que viven en común bajo las piedras (embia, 9).

En el orden de los dictiópteros, de atas delanteras duras que ocultan a las posteriores, encontramos a la mantis religiosa o mamboretá y a la cucaracha americana.

El orden de los isópteros, al que pertenecen las termitas o termes, se caracteriza por sus colonias divididas en castas de distinta fecundidad y con diferentes tareas (archotermopsis, 8).

El orden de los zorápteros comprende escasos y pequeños individuos que viven entre las vegetales tropicales en descomposición (zorotypus, 7}.

El orden de los socópteros comprende insectos pequeños y sin alas, frecuentes en los nidos de aves y depósitos de basura (peripsocus, 11). Los piojos, carentes de alas y parásitos de mamíferos y aves, se agrupan en dos órdenes.

El de los malófagos comprende a ¡os piojos que pican y, por lo tanto, poseen mandíbulas (Hpeurus, 12).

El de los sifunculados abarca a los piojos chupadores, con trompas adecuadas a esa función (pediculus, 13).

El orden de los hemípteros consta de insectos chupadores de sangre y jugos vegetales (notonecta, 10; chinche de agua o aphis, 15).

El orden de los tisonópteros comprende diminutos insectos negros que suelen habitar en las flores (taeniothrips, 14). La metamorfosis no es privativa de los insectos.


En la primera forma o larva no se reconocen los caracteres adultos. Después de algunos cambios intermedios, que pueden faltar, se llega a una fase de inmovilidad llamada nínfosis, en la que el animal digiere tejidos larvales y elabora tejidos adultos. Concluida esta etapa se llega a la aparición del imago o insecto perfecto.

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